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DXT Obera / enero 23, 2021

Defensa y Justicia vive el momento más feliz de su historia: con autoridad, le ganó 3-0 a Lanús y se consagró campeón de la Copa Sudamericana en el estadio Mario Kempes, de Córdoba. Los goles de Adonis Frías, Braian Romero y Néstor Camacho establecieron una diferencia real: el equipo de Hernán Crespo dominó lla final de principio a fin e inicia un festejo que se extenderá mucho tiempo en Florencio Varela.

Parece un cuento: el Halcón terminó su derrotero en el ascenso en 2014, cuando llegó a la A por primera vez para, en poco tiempo, sorprender hasta los propios. Tanto vértigo sintió que, en apenas seis años, fue subcampeón local, jugó por primera vez la Copa Libertadores y ahora alcanza el título de la Copa Sudamericana, en la que se presentó en 2017. El primero de su breve historia continental.

Desde el comienzo, las posturas quedaron claras. Defensa tomó la iniciativa, se hizo dueño de la pelota y atacó. Lanús se paró en su campo y apostó a la salida rápida para aprovechar a Orsini y Sand, sus tanques.

En ese escenario, fue el equipo de Florencio Varela el que se arrimó primero al gol, con un control y media vuelta de Braian Romero, que definió apenas desviado cuando quedó cara a cara con Lautaro Morales, el joven arquero granate, a los 7 minutos.

El calor era parte del juego. Agobiante, por momentos hacía más lentos los movimientos. De hecho, a los 30 minutos el árbitro frenó el partido para que todos se refrescaran. Y a la vuelta, el primer gol de la final, que gritó Adonis Frías, defensor del Halcón, que resolvió desde el punto del penal una jugada de ataque que incluyó una habilitación de taco de Pizzini, un rebote tras el centro de Romero, el pase de Bou hacia atrás y el remate de derecha del defensor. Iban 33 minutos y Defensa se ponía 1-0.

Después del gol, Lanús intentó una tibia reacción, pero no lograba conectar caminos que lo conducieran hasta el arco de Unsain, que no pasó peligro hasta el final de la etapa. Con la ventaja parcial de Defensa, llegaron al necesario descanso.

 

El arranque del segundo tiempo, sin cambios en las formaciones, mostró una leve inclinación. Obligado, Lanús se paró en la mitad de la cancha e intentó no permitir que Defensa saliera cómodo desde el fondo. Una manera de intentar forzar las acciones, con Sand jugando de espalda para rebotar la pelota hacia De la Vega (salió antes del cuarto de horra, con un problema muscular), Bernabei y Orsini.

Defensa trataba de no ceder la iniciativa, apostando a las asociaciones por los costados, con Isnaldo y Paredes muy activos por os costados. Pero la escenografía ya era otra, a la par que la sombra traía algo de alivio.

No bien salió Bou (reemplazado por Merentiel), llegó el segundo gol para Defensa. Alexis Pérez quiso pasarle la pelota a su arquero, se quedó corto en el cálculo y Romero aprovechó:le hizo un sombrerito a Morales y definió ya con el arco vacío. Era su séptimo tanto en la Sudamericana: el más importante. Defensa se acercaba al título cuando el reloj marcaba 16 minutos de la segunda etapa.

En los minutos siguientes Lanús se mostró muy afectado por el golpe y Defensa merodeó el tercero en un par de ocasiones. Zubeldía mandó a la cancha a Belluschi para que trate de generar el juego que a su equipo le faltaba. Era difícil, a esa altura, encontrar respuestas. Y Defensa empezó a administrar la buena ventaja quee tenía.

Los últimos 15 minutos fueron un ejercicio de empuje de Lanús y de respliegue de Defensa. Franco Orozco, ingresado, tuvo el descuento con un derechazo cruzado que desvió la pierna de Héctor Martínez, cuando ya iban 43 minutos. Eran los últimos embates del Granate. No había caso, la historia estaba sentenciada: Defensa y Justicia se abrazana a su primer título internacional. Inolvidable.

 






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